Estudiante de UAG gana Medalla de Oro en Olimpiada Nacional 2025

0
9
De la gimnasia al ráquetbol, Valentina Sáenz descubrió una pasión que la llevó a lo más alto del podio. Una joven atleta que demuestra que los sueños se construyen entrenando
De la gimnasia al ráquetbol, Valentina Sáenz descubrió una pasión que la llevó a lo más alto del podio. Una joven atleta que demuestra que los sueños se construyen entrenando
Valentina Sáenz, estudiante de UAG High School y atleta de alto rendimiento, conquistó su primera medalla de oro en la Olimpiada Nacional 2025 de la CONADE en la prueba de ráquetbol.
Su historia es un ejemplo de resiliencia, pasión y disciplina, de entrenar hasta diez horas semanales, hacer tareas de madrugada y nunca rendirse, a pesar del cansancio, el estrés o los obstáculos.
Del tapiz a la cancha, un cambio de rumbo
Después de varios años practicando gimnasia, Valentina sintió que era momento de probar algo nuevo.
Decidió explorar otras disciplinas deportivas y fue entonces cuando descubrió el ráquetbol.
“Nunca lo había practicado, pero desde la primera clase de prueba me llamó mucho la atención. Me gustó, me quedé… y desde ahí no lo solté”, comparte con una sonrisa.
El cambio de disciplina no fue fácil. “Pasé de algo más artístico a algo mucho más físico. El ráquetbol es correr, esquivar, usar la raqueta… Me costó muchísimo la técnica”, admite.
A pesar de tener una agilidad nata, dominar los movimientos específicos, las posturas y las reglas del juego fue todo un desafío.
“Todavía me siguen fallando algunas cosas, pero ya las voy corrigiendo poco a poco”, cuenta con humildad.
Cinco años de esfuerzo, un oro que lo vale todo
Este 2025, Valentina participó por quinta vez en la Olimpiada Nacional, pero fue la primera ocasión en que subió al podio más alto.
“El año pasado gané bronce. Este año, por fin, se me hizo ganar el oro. Me siento muy contenta y aliviada porque fue mucho estrés con la escuela y los entrenamientos”.
Una rutina que no deja espacio para el descanso
Su día comienza con clases por la mañana y termina en las canchas del CODE Revolución por la noche. “Entreno por las tardes. Llego a mi casa, ceno y me pongo a hacer tarea”, relata. A pesar del cansancio, se mantiene firme y organizada.
Además del esfuerzo personal, Valentina reconoce que su entorno ha sido clave.
“La escuela me apoya mucho. Mis papás me llevan todos los días a entrenar, son muy puntuales, como si también fueran parte del equipo. Y mis amigos… ¡hasta los que no practican deporte van a verme jugar y echarme porras!”, comenta.
Sueños más allá del podio
Aunque su gran meta deportiva es representar a México en un Mundial, también sueña con ser arquitecta y tomar un curso en diseño de interiores.
“Me encantaría seguir en el ráquetbol toda mi vida. Y también me gustaría probar suerte en atletismo, siento que tengo potencial en los 100 metros”, afirma.
Para quienes aún no descubren su pasión o están empezando en cualquier disciplina, les deja un mensaje claro.
“Es una carga muy pesada, sí. Pero si le echas ganas y tienes mente positiva, puedes lograr todo lo que te propongas. Va a haber muchos obstáculos, pero si te decides, puedes salir adelante”, recomienda.
La historia de Valentina Sáenz es prueba de que los sueños no se alcanzan por casualidad, sino con disciplina, coraje y pasión. Ella encontró en el deporte no solo un camino de medallas, sino una forma de conocerse, superarse y creer en lo que es capaz de lograr.