De la cultura, la situación política y uno que otro chisme del libro “Literatura Georgiana Contemporánea”

0
466
alternativa-Literatura Georgiana Contemporánea

Por Eduardo Ojeda

Cuenta la leyenda que Dios guardaba un bello lugar junto al mar negro, al cual regaló como agradecimiento por la invitación de los georgianos a “La Fiesta del reparto de la tierra”. Desde entonces, Georgia, es estandarte del cristianismo en Oriente y fiel protectora de su patrimonio artístico. Ha sabido mantener en pie sus tradiciones únicas. Su lema estatal: “El poder está en la unidad”, refleja la sabiduría de un pueblo que ha confrontado distintas invasiones y conflictos bélicos.

Aunque es tan pequeña como Suiza, Georgia es grande en todos sus aspectos; una nación progresista, abierta al conocimiento, con vocación europea y espíritu occidental. Un auténtico país del Cáucaso, donde se respira la alegría Mediterránea. En este momento, tomo el papel de tamadá que, a manera de supra, comparto lo que me ha dejado leer el presente libro de Literatura Georgiana Contemporánea.

Primer brindis: Por el ejercicio literario de los autores compilados y la gestión que hubo para que este libro se presentara en Tlaxcala.

Georgia fue, junto con Armenia, uno de los primeros países en convertirse al cristianismo. El lector georgiano es muy selectivo. Tiene una gran cultura literaria y, por lo tanto, es muy exigente. En Georgia se lee, se escribe y se edita mucho, pero el pequeño tamaño del mercado impide que muchos autores puedan vivir de su literatura. Georgia, al igual que muchos países cuenta con una tradición literaria muy importante. Este país se caracteriza por tener una literatura muy antigua, con un alfabeto propio. El libro más famoso de la literatura georgiana es El caballero con piel de tigre o de pantera de Sotha Rustaveli, escrito a finales del siglo XII, la edad de oro de la literatura georgiana, que correspondió con la época de la reina Thamar (1184-1212); autores como Alexander Chavchavadse y Grigol Orbeliani, del siglo XVIII, caracterizan a la literatura georgiana con poemas de temática patriótica y alabanzas al vino y a las mujeres. En el siglo XIX, Nikoloz Baratashvili escribió poesía al estilo del autor inglés Byron, convirtiéndose en el hombre de letras más influyente de Georgia.

En este libro de Literatura Georgiana Contemporánea, encontramos varias miradas con evocaciones al pasado, donde se reanima, precisamente, la esencia de los autores mencionados; como aquel que gusta de su historia y de su oralidad. Este libro comienza sus páginas con “Debi”, de Mariam Bekauri, un cuento, donde la locura, el incesto, el erotismo y la compasión son los arrebatos a los que se enfrenta la protagonista del cuento homónimo. Relatado en primera persona por su hermano, quien confundido por la enfermedad física y psíquica de su hermana, cae en la taras mencionadas. Proporcionándonos un final conmovedor, pero justo, para el ojo moralino. El segundo cuento se titula “Más de uno, menos dos” de Lasha Bugadze, autor y dibujante capitalino de Tiflis, quien tiene numerosas novelas y obras de teatro que se han realizado en muchas ciudades europeas. Sus obras han sido traducidas al francés, inglés y, ahora, al español. La literatura de Bughadze centra su atención crítica e irónica sobre las relaciones intergeneracionales y describe situaciones en las que las personas son víctimas de sus prejuicios, las ideas rígidas o estereotipos. En su cuento “Más de uno, menos de dos” evoca los conflictos bélicos del Cáucaso, junto con el desánimo de su sociedad y la decadencia de valores. Esto a través de una historia con tintes surrealistas, donde un restaurante sirve de depuración para los problemas del alma.

De título “El doblaje” de Zaza Burchuladze, nos presenta la fluidez de la conciencia de un individuo deambulando en el desierto, que, a manera de alegoría, nos recuerda que seguimos sometidos a un imperialismo sajón. Este cuento tiene una visión cruda pero, al mismo tiempo, real de Georgia; temas como la dependencia a la heroína, el fanatismo religioso y los problemas universales de saber qué es lo bueno y lo malo, son muestra del interés de Burchuladze; autor de estilo experimental que en Georgia es bien conocido por sus novelas escandalosas. “La silla” es el cuarto cuento de esta compilación. El título de esta historia ya nos vislumbra el final: trata de una pareja, no se sabe si de enamorados o amigos, que viven en un cuarto solos. Sandro es un hombre misterioso, escritor, ermitaño. Ella, observadora, paciente, condescendiente. En un arrebato, Sandro, con un cigarro en la boca, se acerca a ella para quitarla de su camino, pues él quiere cometer un crimen que le desvanecerá la vida. Este cuento fue escrito por David Dephy, quien tiene una destacada carrera como poeta, novelista, actor, pintor, artista multimedia; fundador de la primera orden poética de Georgia nombrada la Samkauly del siglo 21; sin duda, un representante original de la cultura georgiana moderna.

Páginas más adelante, encontramos el cuento “El puente blanco” de Rezo Gabriadze, ficción que a los mexicanos nos lleva a recordar al inolvidable Juan Preciado de la icónica novela Pedro Páramo, pues trata de un niño que cuenta su infancia y los personajes en torno a él, como Adrakhnia: personaje fantasmagórico al que le falta el dedo índice y que le gusta dar órdenes sin él; además, eterno enamorado de su ‘querida Margalita’. También el lector podrá encontrar “Kolya” de Irakli Javakhadze; cuento con una ligera perspectiva de género, en la cual los personajes principales, Vakho y Dato, se adentran a unas vacaciones en la costa del Mar Negro. En este destino, Vakho conoce a Kolya, mujer que ayudará a que el personaje principal y narrador diegético, explore más en su vida; pues Vakho, se presenta como un individuo poco flexible, prepotente, soberbio; como seguro muchos conocemos. “Kolya” comienza in media res, advirtiéndonos del suicidio del personaje homónimo. El lector tendrá que descubrir la razón de la inmolación a través de una epístola, y así, encontrar el sentido del final de este cuento.

“El tren suicida” es el último cuento de Literatura Georgiana Contemporánea, escrito por Nino Tepnaze, al que le preocupa el tema de la adolescencia en condiciones precoces; no sólo sexuales, sino también en adicciones. Esto lo descubrimos por medio de Nin, pequeño de once años que ve a su hermana de quince años destruirse, gracias a su adicción al alcohol y al contacto con la mariguana. Ambos viven la situación de muchos menores de edad, quienes sufren la ausencia de su madre a causa de salir a trabajar durante todo el día. Ana, hermana de Nin, se suicida, no sin antes Nin predecirlo en un sueño, donde un tren se descarrila.

En la compilación, hay dos cuentos que valen muchísimo la pena: “Una crónica del Cáucaso” y “Vender libros”; el primero habla sobre la tradiciones vorágines indoeuropeas, las cuales se basan en la venganza de crímenes realizados en comunidades. En este cuento tenemos contacto con hechos históricos de Georgia, con personajes literarios como el Quijote y a intertextualidades con la mitología griega. Además, de guiños con pasajes bíblicos, los cuales redundan en un final funesto y simbólico. “Vender libros” es una historia conmovedora que relata tiempos bélicos, seguramente aludiendo a cuando Rusia invade Georgia, asimismo, a los tiempos de la Segunda Guerra Mundial; donde un ex catedrático y su hijo, por austeridad, tienen que vender su más grande tesoro, sus libros. Este cuento reflexiona sobre la solidaridad con el prójimo, pese a la tensión y la sobrevivencia de un individuo. Aunque de por medio esté la familia, los intereses ideológicos y la dignidad.

Segundo brindis: Por estar presentando este libro; asimismo, la invitación de Marlene para presentarlo. Por la gente siempre interesada en aprender y que está sentada en este momento.

Literatura Georgiana Contemporánea, cuenta también con títulos apreciables, como: “Seres reales” de Teona Dolenjashvili; “La feliz colina” de Guram Dochanasvili; “¡Damas y caballeros!” de Besik Kharanauli; “Amor en una celda” de Zurab Lezhaba; “Érase una vez en Georgia” de Aka Morchiladze y “Lluvia de noviembre” de Nugzar Shataidze. Se vale mencionar, las colaboraciones de David Kartvelishvili, abogado de formación que recientemente vino a México, en específico, a Durango, para presentar un libro de literatura vasca y georgiana. Sus cuentos han sido publicados regularmente en revistas literarias desde 1999. David es autor de cuatro novelas, y es conocido por sus cuentos que se caracterizan por su estilo dinámico que mantienen a los lectores en suspenso; Archil Kikodze, comenzó a escribir a la edad de 21 años, es fotógrafo profesional. Sus ensayos y novelas se publican regularmente en revistas populares como Literaturuli Palitra y revista Chocolate caliente. Kikodze ha ganado el “Premio Literario de gala” por Un libro de cuentos con calma (2012) y por el libro Cuentos la historia de un pájaro y un hombre (2013); esto después de recibir el “Premio SABA” como la mejor colección de prosa del año. Archil también es cineasta y ha ganado varios premios en festivales de cine internacionales.

Ana Kordzaia – Samadashvili, escritora, traductora y periodista de tiempo completo; autora de los libros más vendidos en prosa de literatura georgiana post-soviética. Ha ganado el “Premio de la Universidad Estatal de Ilia”, el SABA, el Goethe Institute Award, entre otros. Sus obras han sido traducidas al alemán, inglés y sueco; por último, en esta compilación, hallaremos a Maka Mikeladze, quien es psiquiatra y autora de varias colecciones de prosa y poesía. Se graduó en la Universidad Médica Estatal de Tiflis en 1989 y obtuvo el grado en psiquiatría. Comenzó a publicar sus trabajos en la “Colección de la mujer” (2000). Se incluyó en la “Antología popular de la prosa moderna. Los 15 mejores cuentos.” (2003) publicada por Bakur Sulakauri Publishing. Precursora de la novela experimental psicodelia-esquizofrénico, que ha sido toda una novedad en el panorama literario de Georgia. También tiene varios premios internacionales.

Para finalizar, debo hablar del labor de traducción que se hizo para con esta compilación. Recordemos que en una sociedad multicultural como la nuestra, la labor del traductor como mediador intercultural cobra especial importancia. Hoy día, los traductores se han convertido en profesionales capaces de conectar las realidades de dos culturas diferentes a modo de eslabón invisible. El buen traductor debe ser capaz de adecuar un mensaje expresado en una lengua origen a una lengua meta, impregnada de una cultura totalmente diferente, sin que el receptor detecte que se encuentra ante una traducción. Por esta razón, el verdadero logro de cualquier traductor es el de mantenerse invisible ante los ojos de un receptor meta que concibe el texto que recibe como un constructo nuevo y no como un producto que ha sufrido un proceso de transformación. Esto no lo supieron los traductores del presente libro, pues, en ocasiones, los textos se tornan oscuros; es decir, poco leíbles y entendibles.  Además, de que no pasó por un arduo trabajo de corrección de estilo, ya que a lo largo de Literatura Georgiana Contemporánea, encontramos muchos errores ortográficos.

Por lo mencionado, que no decaiga el ánimo, disfrutemos de esta tertulia y ustedes valoren esta nueva adquisición.

Tercer y último brindis: Por que haya más intercambio cultural con otros países, que la educación crezca en nuestro Estado, pues queremos a estudiantes animados por estudiar en el extranjero, y así, aprendamos más de otras culturas.