
A través de 27 piezas, el artista muestra una ventana a su trabajo, en la que deja al descubierto su interior, a través de los colores y las formas de Chiapas.
Como una forma de mostrar su trabajo y plasmar los colores, las texturas y las formas que lo inspiran, el artista oaxaqueño y radicado en Chiapas Alberto Espinosa Vera conformó la exposición “Modus Operandi”, presente hasta el próximo 15 de agosto en la Casa de las Artes y las Culturas Corazón Borraz, en Tuxtla Gutiérrez.
La muestra, integrada por un total de 27 piezas, dan cuenta del trabajo del artista, quien pese a formarse profesionalmente como abogado, desde hace más de una década ha desarrollado una carrera artística autodidacta.
De acuerdo con Espinosa Vera, las piezas de pequeño, mediano y gran formato que integran la muestra, apoyada por el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Chiapas (Coneculta), fueron elaboradas en diferentes momentos y con distintas fuentes de inspiración; sin embargo, todas están conformadas bajo un principio natural de belleza.
“Son obras que en su mayoría hablan del principio de la belleza natural, de una idea de que menos es más; consta de dos series: una que lleva el título de ‘Arlequines y malabares’ y que tiene que ver con estos famosos personajes circenses, los cuales represento con mi estética, como una manera de homenajear o rendir tributo al estilo de la abstracción geométrica en Latinoamérica”, detalla en entrevista.
Por otro lado, el artista comenta que otra de las series que conforman esta colección lleva por título “Tierra de mi tierra”, en donde se utilizó tierra de Chiapas para crear pigmentos naturales, una técnica que, dice, es nueva en el estado.
“Tierra de mi tierra, que es un homenaje a nuestros pigmentos naturales que tenemos en Chiapas, porque en otros estados se utiliza esta técnica, pero me atrevo a decir que aquí en el estado no hay mucho de eso y que soy de los primeros artistas que la utilizan”, explica.
Gracias a esta exposición individual, el espectador podrá adentrarse a las fuentes de inspiración del artista, siendo algunos de los temas que más le apasionan la arquitectura, el diseño y la geometría.
“Soy un artista muy emocional, siempre la inspiración me ha llegado en los lugares más inesperados. En el trabajo de repente me viene la idea, el dibujo y lo hago en mi libreta, en donde pueda; son como pequeños golpes. Si leí un libro y viene la imagen lo plasmo, o si me pasa algo; es como muy espontáneo lo que llego a poner en mis obras. Un día durmiendo, soñé la obra y me levanté y me puse a dibujarla, es una pieza que se llama Que las olas sean altas, y habla de la fragilidad del ser humano ante la adversidad, pero a la vez es una alegoría a la fe”, relata.