Dedicado a La Barraca de Roberto Gavaldón, incluye DVD de la película en su versión restaurada
La edición bilingüe (español e inglés) contiene textos de los investigadores y cineastas Fernando Mino, Roberto Fiesco y Albino Álvarez
Se presentará en la 44ª Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería el domingo 26 de febrero a las 15:00 h
Con casi 63 años de vida, la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México ha desarrollado una labor fundamental de rescate, restauración, preservación, difusión y exhibición de la cultura cinematográfica tanto nacional como internacional.
Ahora presenta, en colaboración con la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas (AMACC): Bitácoras de restauración. Vol. 1 dedicado al largometraje La Barraca (México, 1944) de Roberto Gavaldón, uno de los cineastas más destacados e importantes del cine mexicano. La historia está basada en la obra de Vicente Blasco Ibáñez -del mismo título- y adaptada al guion por Libertad Blasco Ibáñez y Paulino Masip. Este filme obtuvo el Ariel de Oro a la Mejor Película y nueve premios más en la primera entrega que realizó la Academia, un año después de haber surgido.
Como en las ediciones de los Cuadernos de Restauración de la Filmoteca, dedicadas a los largometrajes Tepeyac (1917) y El tren fantasma (1926), esta nueva publicación significa un proceso más de colaboración entre la AMACC y la Filmoteca de la UNAM.
“Quienes participaron en la restauración de la película -cuyo profesionalismo se refleja en el DVD que se incluye- y en la elaboración de esta Bitácora, han vaciado sus experiencias y conocimientos en textos cuidados y diligentes, que ampliarán la apreciación que pueda tenerse sobre esta magnífica obra de Roberto Gavaldón. La Bitácora también nos invita a reflexionar sobre la importancia de que entes colectivos, como la AMACC, cuenten con reconocimiento y sean partícipes”, escribió Hugo Villa Smythe, Director General de Filmoteca UNAM, en el texto de presentación.
Para la actual presidenta de la AMACC, Leticia Huijara, ha sido de gran trascendencia el hecho de sumarse desde hace 10 años a la tarea que realizan los archivos fílmicos como la Filmoteca de la UNAM, para favorecer el rescate, la restauración, la preservación y la difusión de obras cinematográficas que, además de su valor estético, dan cuenta de la historia de nuestra nación y de la propia historia de la Academia.
Acerca del rescate y restauración de La Barraca
A solicitud de la AMACC, en 2016 se iniciaron los procesos de restauración de la película La Barraca, apunta Albino Álvarez, Subdirector de Rescate y Restauración de Filmoteca UNAM. Estos trabajos de rescate fotomecánico, fotoquímico y de escaneo de imagen a resolución 2K, así como la digitalización de sonido, fueron hechos por técnicos del taller y en los laboratorios cinematográfico y digital de la UNAM. Posteriormente, un equipo conformado por más de 20 trabajadores de restauración de la Filmoteca de la UNAM y de la empresa privada Labodigital, unió esfuerzos durante más de un año para solventar, paciente y artesanalmente, todos los desafíos que implicaba la rehabilitación de esta película en su versión digital.
Afortunadamente la Filmoteca de la UNAM ha logrado preservar el negativo en su soporte original de nitrato de celulosa, lo que le permitió arrancar una serie de procesos de restauración físicos hasta concluir en su rescate digital.
Sobre la película La Barraca
Del filme, aquí se presentan extractos de los textos que el investigador y escritor Fernando Mino y el productor, realizador y escritor Roberto Fiesco escribieron para el primer volumen de Bitácoras de restauración:
“La Barraca (1944) es una película empeñada en representar con la mayor fidelidad posible los ambientes de la ya lejana Valencia. El mérito fue, en buena medida, trabajo de exiliados: además de doña Libertad, los escenógrafos Vicente Petit y Francisco Marco Chillet; el concertista catalán Baltasar Samper Marqués; el adaptador Paulino Masip; y José Baviera entre un nutrido grupo de actores españoles o hijos de españoles. El resultado tiene ese hálito entre nostálgico y reivindicatorio: celuloide encantado que logra trasladar la tierra amada al nuevo mundo. En La Barraca, Roberto Gavaldón se aplica para demostrar que sus diez años de aprendizaje como asistente de director han rendido frutos. Mexicano de Chihuahua, parece evocar su propia trayectoria familiar, forzada a migrar como tantas otras por la violencia revolucionaria, en este ejercicio de memoria exílica”, apunta Fernando Mino.
Para Roberto Fiesco, la película La Barraca es un ejercicio de memoria, de recuerdos familiares y un recuento de los sucesos en torno al este filme de Gavaldón:
“Volver a los clásicos es para mí, como volver al hogar, a las tardes cadenciosas de los años ochenta, cuando veía películas mexicanas en la televisión en vez de hacer las tareas de la secundaria. Pasaba el tiempo cambiando de un canal a otro persiguiendo imágenes en blanco y negro que enmarcaban lo mismo el dolor más profundo que la consagración de un amor capaz de redimir cualquier tristeza antes que, al centro del cinescopio, apareciera la palabra “Fin” … Sí, una palabra que muchos extrañamos.