Provoca inflamación del hígado por causas de carácter infeccioso y no infeccioso.
Detectar a tiempo esta enfermedad disminuye considerablemente complicaciones en la salud.
El doctor Arquímedes Díaz Parra, coordinador de Salud Pública del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tlaxcala, refirió que la hepatitis es un grupo de enfermedades que provoca inflamación del hígado por causas de carácter infeccioso y no infeccioso, que diagnosticada a tiempo puede ser curable; sin embargo, al no ser tratada puede causar una serie de problemas de salud e incluso ser mortal.
Explicó que el hígado se encarga de filtrar la sangre que viene del sistema digestivo, eliminar químicos y metabolizar fármacos, además de ayudar a la digestión de productos grasos, albúmina y factores de coagulación, por lo que se considera un gran laboratorio. Es una reserva de hierro, vitaminas y glucosa, por lo que su cuidado es relevante para preservar la salud general.
“Las causas para desarrollar esta enfermedad pueden ser infecciosas, como las hepatitis virales o también no infecciosas, éstas últimas pueden ser originadas por el consumo de bebidas alcohólicas, obesidad, enfermedades autoinmunes, fármacos, reacciones alérgicas, entre otros”, puntualizó Díaz Parra.
Sobre las causas infecciosas, las virales son las más frecuentes. En términos generales, la hepatitis viral se divide en cinco tipos de este padecimiento son A, B, C, D, y E. Si bien todas ellas causan enfermedad hepática, se diferencian en aspectos importantes, como la forma de transmisión, gravedad y los métodos de prevención. Los síntomas pueden ser similares en las diferentes tipos de hepatitis viral, tales como presentar coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia), orina oscura, fatiga extrema, náusea, vómitos y dolor abdominal, aunque la mayor parte de los afectados no experimentan síntomas durante la fase aguda.
En específico, los tipos B, C y D se transmiten por vía sanguínea, tatuajes, inyecciones, o por vía sexual, lo que pueden provocar enfermedad crónica y son la causa más común de defunciones relacionadas con cirrosis hepática, cáncer y hepatitis viral crónica.
La hepatitis B tiene dos fases, una aguda y una crónica, Además es una de las principales causas de cirrosis y cáncer de hígado y sin tratamiento puede ser mortal. La infección crónica por el virus de la hepatitis B puede tratarse con fármacos, en particular agentes antivirales orales y el principal pilar de la prevención de esta enfermedad es la vacuna, que está incluida en el esquema desde el recién nacido hasta la adolescencia.
“Por otra parte, la hepatitis C, también puede causar infección aguda y crónica. Por lo general, la infección aguda es asintomática y muy raramente se asocia a una enfermedad potencialmente mortal”, subrayó el especialista.