
La producción de Teatro UNAM y Seguros INBURSA se presenta en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz
Tres payasos guían a un hombre por una feria abandonada en donde revive sus recuerdos de niño
La directora y creadora Gabriela Ochoa emplea el onirismo, el absurdo, la farsa y el teatro de máscara en este ambicioso proyecto
En la obra “Algodón de Azúcar”, escrita y dirigida por Gabriela Ochoa, un hombre perdido en medio de una tormenta se encuentra con tres payasos que lo engatusan para entrar en una feria abandonada y, tras hacer un pacto con ellos, en cada una de las atracciones revive episodios de su infancia en un universo onírico, trastocado y delirante.
“Todo este recorrido lleva al protagonista a desbloquear una memoria olvidada y enfrentarse con ello va a ser la clave que lo ayude a salir de ahí. La obra empieza divertida, él recuperando su espíritu de juego, pero desafiando a la autoridad, hasta que sus acciones van teniendo consecuencias inesperadas y el viaje se vuelve una pesadilla”, explica Ochoa.
Esta coproducción de Teatro UNAM y Seguros INBURSA, a cargo de la compañía Conejillos de Indias, que inició temporada el 23 de marzo en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz del Centro Cultural Universitario, trata de cómo los adultos nos relacionamos o dialogamos con nuestra infancia y cómo ésta determina la manera en la que enfrentamos la vida.
“Es un universo onírico que raya en lo macabro, los payasos con los que se encuentra no son unos payasos felices, pero generan complicidad con el público y nos hacen entrar en la historia a través del humor. Los payasos arman un mundo a la medida del protagonista, recreando la casa de su infancia y haciéndose pasar por los personajes de su pasado, como la mamá o el papá. Todo esto sucede a vista del público; solamente el protagonista lo vive como si fuera verdad”, detalla la directora.
Lugar de claroscuros
Gabriela Ochoa, quien es Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del SACPC 2021–2024, comparte que esta obra de humor negro surgió porque quería hablar de la infancia sin idealizarla y de todas las cosas que abarca esta etapa. Es una mirada desde la adultez: de cómo un adulto se relaciona con su infancia y de cómo todo lo que sucedió en esa etapa puede afectar profundamente su vida.
“Es un lugar con mucha magia y libertad y, al mismo tiempo, muchas reglas: estás descubriendo quién eres a partir de cómo el mundo responde a tus acciones. Quería hablar de los claroscuros de la infancia, y pienso que la obra lo logra en el sentido que aborda momentos tanto felices como dolorosos, vividos de manera muy intensa.”