
En la Filmoteca de la UNAM se ha logrado el resguardo y preservación de películas mexicanas como Los olvidados, de Luis Buñuel; La sombra del caudillo (1960) de Julio Bracho y El tren fantasma (1926), de Gabriel García Moreno, entre otras
En julio, la Filmoteca de la UNAM cumple 56 años de rescatar, preservar, restaurar y difundir el patrimonio fílmico de México, actividades que la han posicionado como un archivo cinematográfico imprescindible en nuestro país y uno de los más importantes en América Latina. Pero esa labor podría transformarse por completo ante la llegada de las nuevas tecnologías y una amenazadora desaparición de los soportes fílmicos.
“Nada es eterno. Lo digital ha sido un remplazo de lo analógico y es un hecho que no tiene regreso. La película (de celuloide) va a desaparecer porque los medios de comunicación están inmersos en las tecnologías digitales y estos ya han absorbido al cine”, explica en entrevista Gerardo León Lastra, coordinador de Nuevas Tecnologías e Informática en la Dirección General de Actividades Cinematográficas de la UNAM.
Para el Maestro en Ciencias de la Computación, es probable que suceda la desaparición del Laboratorio Fotoquímico de la Filmoteca de la UNAM, porque se necesita que el fabricante de la película se mantenga y para que eso suceda debe existir un mercado. “No sé si las empresas sean sustentables, económicamente hablando, solo con los archivos fílmicos”, agrega Lastra.
Sin embargo, Francisco Ramírez Vázquez –jefe del Laboratorio Fotoquímico de la Filmoteca de la UNAM– considera que las nuevas tecnologías y formatos digitales no representan una amenaza para la preservación fílmica porque el formato de la película, como lo es el 35mm, puede preservarse por muchos años de vida.
“Con la tecnología digital no sabemos lo que va a pasar en 10 años, ésta avanza a grandes pasos. Lo que ahora es moderno en dos años será obsoleto. Necesitamos emigrar los datos conforme llegan nuevas actualizaciones y en la película no sucede eso; con su control de temperatura y húmedas puede durar muchos años”, asegura en entrevista.
Para Ramírez Vázquez, resulta importante tener el material cinematográfico tanto en soporte digital como analógico. “La ventaja es que en el Laboratorio Fotoquímico podemos continuar con los procesos que nos aseguran la vida de los materiales fílmicos, no sólo para la UNAM sino para muchos países de Latinoamérica que se acercan para este tipo de rescate. Esto es de gran valor y no se puede dejar solamente en archivos digitales”, afirma.
En un contexto en el que empresas como Kodak se han declarado en bancarrota y los precios en el mercado se han elevado, la Filmoteca de la UNAM ha tenido que buscar alternativas como encontrar un nuevo proveedor de película. Así, establecieron contacto con la marca alemana Orwo, que cumple con las características de calidad que se necesita para tener una copia en un soporte de 35mm.
“Se trata de material virgen que viene de Alemania, para hacer copias de exhibición en 35mm y 16mm, así como para hacer negativos en 35mm. También compramos material de la marca Kodak, que sigue fabricando película, aunque en cantidades mínimas. Al año necesitamos de 100 a 150 rollos para el respaldo de nuestro acervo”, destaca Ramírez Vázquez.
Lo cierto es que la transformación tecnológica va a llegar a un límite, al menos es lo que afirma el maestro Gerardo León Lastra. En lo que refiere al cambio en los formatos audiovisuales, habrá una evolución en la que del estándar de resolución 2K se pasará al 4K. “Ir más allá no tiene sentido porque la percepción visual, es decir, aquello que el ojo humano puede ver, ya no discernirá esa información”, concluye.
La importancia de la Filmoteca de la UNAM
Básicamente la labor de la Filmoteca de la UNAM es el rescate y conservación de material fílmico antiguo, procedente de materiales de nitrato y acetatos y cuyas bóvedas contienen 400 mil rollos, en formatos diversos como 8mm y 35mm, muchos de ellos con más de 100 años de vida; la misión es pasar la cinta a un soporte de poliéster, a través de un proceso fotoquímico; con esto se pueden preservar imágenes de 200 a 300 años más de vida.
El trabajo que se realiza en este recinto, depende mucho del factor tiempo para impedir la pérdida de las películas. “Si no las rescatamos a tiempo corren el riesgo de perderse. Por ello hacemos un monitoreo para conocer las condiciones físicas de las películas, cuando vemos que una está en proceso de descomposición la traemos al laboratorio para hacer una nueva copia de respaldo”, explica el maestro Francisco Ramírez Vázquez.
Esta tarea se ha facilitado en gran medida gracias a la reciente adquisición de máquinas de última tecnología, en las que se puede hacer la impresión de imagen y sonido. Siempre y cuando las películas se encuentren físicamente en buen estado, el trabajo de restauración puede llegar a durar entre 10 y 15 minutos, algo que antes les llevaba hasta dos días con una máquina en la que se trabajaba de manera artesanal y que data de los años 50.
La Filmoteca de la UNAM ha logrado el resguardo y preservación de películas mexicanas como Los olvidados, de Luis Buñuel –cuyo final alternativo apareció en su acervo–, además de La sombra del caudillo (1960) de Julio Bracho; El tren fantasma (1926), de Gabriel García Moreno; y recientemente El puño de hierro (1927), también de Gabriel García Moreno.
Entre los materiales más viejos preservados por la Filmoteca se encuentran vistas de 1890. Puede resultar fascinante encontrarse con archivos que retratan la Revolución Mexicana, el funeral de Emiliano Zapata o imágenes de Francisco Villa. “Rescatar ese tipo de material, darle más años de vida y que futuras generaciones las puedan ver es una parte muy emocionante de nuestro trabajo”, concluye Ramírez Vázquez.
Es importante decir que la Filmoteca de la UNAM toma en cuenta diversos criterios para decidir qué materiales cinematográficos se preservan. Entre ellos destaca el valor de la obra misma y su relación con el contexto histórico, social y cultural del país. Asimismo, la potencial pérdida de este material es otro de los rumbos que se toman en cuenta para rescatar y conservar un filme.
Durante el trabajo de preservación en los laboratorios de la Filmoteca ningún material se desecha. La Medalla Filmoteca de la UNAM se elabora, en un 99.9 %, con plata pura extraída durante el proceso de revelado. Este reconocimiento se otorga a aquellas personas que con su trayectoria, actividades e intervenciones en el mundo de la cinematografía, contribuyen a enriquecer el patrimonio fílmico del mundo en todos sus aspectos.
Todas las personas interesadas pueden acudir a la Filmoteca de la UNAM para conocer más sobre la labor de la preservación cinematográfica. Mayor información se puede consultar en www.filmoteca.unam.mx