En el marco del simposio organizado por el Centro de Investigaciones Jurídico-Políticas (CIJUREP) de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx), “500 años de la Fundación de la Ciudad de México”, el académico e investigador, Dr. Serafín Ortiz Ortiz, reflexionó en torno a la conquista de la gran Tenochtitlán y así, desmontar dijo, “la leyenda negra de la traición”.
Durante su participación resaltó el momento histórico de la alianza estratégica entre los conquistadores y los tlaxcaltecas, la cual afirmó, “No fue un carácter de sumisión, sino fue una participación activa militar y determinante en el derrocamiento del imperio Mexica para la instauración del nuevo imperio español”.
Académicos de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así como de la Universidad de Navarra, España y de la misma Autónoma de Tlaxcala, atendieron los puntuales datos históricos que el Dr. Serafín por medio de su relatoría: “Aventureros y Conquistadores: Pedro de Alvarado, Bernal Díaz del Castillo y Cristóbal de Olid en la campaña de Hernán Cortés”, les dictó.
“Fue en la precisamente en esta ciudad de Tlaxcala, en donde se elaboró el plan para apoderarse de la capital Mexica, no fue sino hasta el 26 de diciembre de 1520, que las fuerzas españolas y las tlaxcaltecas, salieron rumbo Tenochtitlán, a la que llegaron 5 días más tarde, comenzó así el sitio sobre aquella, la tarea no era sencilla, los muros de agua hacían casi inexpugnable la ciudad, como todo sitio, se trato de dejarla sin suministros, de ahí que se ocuparon por controlar las poblaciones cercanas que abastecían de alimentos, faenas en las que participaron Olid, Alvarado y Díaz del Castillo”.
Argumentó que derivado de la toma de la gran Tenochtitlán a Cristóbal de Olid se le encomendó vigilar el camino a Veracruz, al tiempo en que también participó en la defensa de Chalco y en el ataque a Xochimilco y Cuernavaca.
“Mientras que el segundo -Pedro de Alvarado-, logró cortar el suministro de agua que provenía de Chapultepec. La llegada de los Bergantines que Cortes había mandado a construir permitieron dar el golpe final”; para esto dijo, dividió a su ejército en tres capitanías, en la tercera carta de relación que envió Cortes al Rey Carlos V, le expresa, “de una guarnición hice capitán a Pedro de Alvarado, y le di 30 caballos y 18 ballesteros y escopeteros, y 150 peones de espada y rodela y más de 25 mil hombres de guerra de los de Tlaxcala… de la otra guarnición hice capital a Cristóbal de Olid, al cual di 33 caballos y 18 ballesteros y escopeteros y 160 peones de espada y rodela y más de 20 mil hombres de guerra de nuestros amigos, y estos habían de asentar su real, en Coyoacán. De la tercera guarnición fue Gonzalo de Sandoval por la ciudad de Iztapalapa”.
Se establece así la conquista de la Ciudad de Tenochtitlán, entre españoles y tlaxcaltecas para derrocar al imperio Mexica y con ello, el sometimiento que tenía sobre otros pueblos, al grado de que los tlaxcaltecas eran una república independiente ya que nunca fueron doblegados por sus estrategias militares.
