
Niñas, niños y sus familias ayudaron al señor y la señora Conejo de la Luna a volver a su hogar
Las actividades ocurrieron en ocho sedes distintas, en las que las infancias y sus familias mostraron empatía, imaginación y creatividad
Onírico. Un verano para jugar en un sueño vagabundo, experiencia lúdica y participativa, convocó a niñas, niños, madres, padres, abuelos y adultos cuidadores para ayudar al Conejo que cayó de la Luna en busca de una ruta para volver a casa.
Realizada del 19 de julio al 19 de agosto de 2025, fue una de las actividades que la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través de la Coordinación Nacional de Desarrollo Cultural Infantil – Alas y Raíces, puso en marcha para disfrute de las infancias durante el actual periodo vacacional.
Durante su permanencia en el planeta Tierra, el “señor y la señora Conejo” –interpretados por los artistas y promotores culturales Antonio Zacruz y Carolina Garibay– descubrieron la complicidad de cada niña y niño que se dio cita en la ruta de Onírico, que visitó ocho sedes distintas. Se trató de una travesía colectiva en la que el juego, la imaginación y la empatía guiaron la aventura.
Así, entre una nave espacial averiada, zanahorias mágicas, “parientes” terrestres en forma de chocolate ocultos entre los jardines, brincos sobre nubes, el cruce de un puente para evadir hoyos negros y el lanzamiento espacial de sueños y deseos por cumplirse, cada sesión de Onírico generó diferentes vivencias entre sus participantes.
El viaje comenzó con las niñas y niños en la Biblioteca de México y en las áreas verdes del Centro Nacional de las Artes; fueron las y los primeros en conocer a nuestro viajero lunar y en acompañarlo por diversos rincones de dichos espacios entre retos, juegos y aventuras que, al ser completados, los acercaban más y más a la casa del Conejo errante.
El Jardín Escénico también fue el escenario de una sesión de Onírico peculiar, en principio, porque a dicha sede asistieron principalmente familias con niñas y niños en edad preescolar y, además, porque el recorrido sucedió entre vegetación, la luz del ocaso y una atmósfera lluviosa, la cual no logró que mamás, papás y abuelos perdieran el ánimo durante el recorrido para “alcanzar” a la luna entre risas y anhelos de buenaventura para el Conejo antes de su vuelta a casa.
Asimismo, niñas y niños en las alcaldías Iztapalapa y Gustavo A. Madero también se sumaron a la tarea para, ahora, ayudar a la señora Conejo a volver a su morada durante las sesiones de Onírico en el Museo Yancuic de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México y el Planetario “Luis Enrique Erro” del Instituto Politécnico Nacional, instituciones que, por segundo año consecutivo, fueron sede y ahora partícipes del sueño vagabundo.
Las peripecias del señor y la señora Conejo también llegaron al Centro de Asistencia Social para la Segunda Infancia, del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF) en Coyoacán, así como al Centro de Reinserción Social Femenil Santa Martha Acatitla.
En ambos espacios, el ánimo de niñas y niños, maestras, maestros y mamás acompañó a los lunáticos visitantes en cada jornada: en el Centro de Asistencia Social, invitándolos a ser parte de su especie entre brincos, risas y mundos imaginarios que, por unos instantes, fueron posibles; mientras que en el Centro de Santa Martha, la Señora Conejo se volvió el vínculo afectivo entre madres, hijas e hijos al generar un momento de complicidad amorosa y así viajar, por un momento, al espacio sideral a través del juego y la imaginación.
En su último fin de semana de actividades, Onírico llegó al Pabellón de Cultura Comunitaria, en la segunda sección de Chapultepec. Ahí, las y los participantes provenientes de la zona poniente de la ciudad –incluso algunos provenientes de otros puntos en espera de repetir la experiencia de Onírico como en anteriores sesiones–, disfrutaron del espacio de áreas verdes en las que cruzaron cada portal viajero al lado del Conejo lunar.
Niñas, niños y sus familias hicieron de Onírico. Un verano para jugar en un sueño vagabundo una oportunidad para empatizar desde el juego y crear universos paralelos.
Como lo mencionara Rubén, padre de familia de Miguel y Andrés, luego de vivir la experiencia: “la actividad estuvo increíble, los niños y nosotros los adultos lo disfrutamos mucho ¡no pensé que un viaje a la luna fuera tan fantástico!”.
En 2025, el universo escénico y de encuentro participativo de Onírico fue concebido por el artista escénico Emmanuel Fragoso, quien logró que niñas, niños y adultos acompañantes fueran parte de la aventura para ayudar a un entrañable personaje a volver a su hogar. Y podemos decir: misión cumplida.
Consulta la programación del programa Alas y Raíces en el sitio web alasyraices.gob.mx Todas las actividades son de entrada libre y gratuita.