Autor:Enrique Gasga
Un dicho popular establece que “en la guerra y en el amor todo se vale”, y esta frase se puede aplicar de manera literal al ejercicio de la política donde generalmente quienes tienen el poder sobre las instituciones encuadran las leyes a modo para que de manera tramposa lograr continuar gobernando; este puede ser el caso de las elecciones de junio próximo en la entidad, donde se prepara una estrategia en la que aunque el PRI perdiera por votos para su partido la elección a la gubernatura podría ganar aplicando la misma operación aritmética que dio un triunfo contundente al PRD en las pasadas elecciones por las senadurías; pero en esta ocasión esta operación -según pude constatar con autoridades del ITE-, con algunos cambios para favorecer al candidato del PRI a gobernador del estado.
Sólo para contextualizar esta situación recordemos la pasada inmediata elección por las senadurías en la entidad donde candidatos del PRD aún con López Obrador al frente a nivel nacional obtuvieron una victoria contundente sobre los otros partidos; en que el PRI se fue hasta la tercera posición; pero aquí es importante aclarar que en su momento se le dio el mérito a la popularidad del PEJE, aunque si se revisan los resultados de los votos por partidos en las boletas quien quedó en la mayoría de casos con el número más alto de votos fue el PAN.
Aquí entró la nueva operación aritmética que se aplicó entonces a candidaturas comunes, y que catapultó a candidatos de la alianza encabezada por perredistas al triunfo, donde los emblemas del PRD y de otros partidos de izquierda de esta alianza no se unieron en un recuadro de la boleta; sino que cada emblema según el partido que representó ocupó un espacio diferente en la misma, y al sumar los votos de cada uno de los partidos que integraron dicha alianza con los del PRD se superó sin problema al PAN y al PRI, y la victoria fue contundente.
Sin embargo, en el presente proceso electoral en el estado rumbo a la elección por la gubernatura los escenarios han ido cambiando; pero no sólo los escenarios políticos cambiaron; sino que quizá previendo un escenario similar en caso de que varios partidos de oposición se hubieran unido en candidatura común las boletas no irían como en la pasada elección por las senadurías; sino que ahora irían en un sólo recuadro con lo cual se abortaría dicha posibilidad de triunfo de la oposición.
Pero la estrategia no se abortó del todo, sólo que esta vez la estrategia que antes se aplicó a las candidaturas comunes, en forma más que tramposa pasó a las alianzas por coalición, es decir, que con el mapa de las alianzas coaligadas a la gubernatura a quien beneficiaría sería al candidato a la gubernatura por el PRI que encabeza la única coalición a la gubernatura que es con el Verde Ecologista, Nueva Alianza y PS.
Es así que si por ejemplo, Marco Mena candidato a la gubernatura por el PRI se va hasta el tercer o cuarto lugar en cuanto al número de votos que logre obtener el PRI, la sumatoria de cada uno de los partidos coaligados le daría amplias posibilidades sobre los demás partidos que están contendiendo, ya que mientras el candidato del PRI contaría con cuatro espacios en las boletas por la cantidad de partidos que forman su coalición, los candidatos de los demás partidos sólo contarían con un espacio en la boleta cada uno, y de quedar de esta manera organizados los espacios en las boletas, esta situación podría provocar que el PRI marianista siga en el gobierno pese al rechazo ciudadano, y al voto de castigo contra el PRI que ya se visualiza; pero este voto de castigo no aplicaría quizá contra los partidos que le sirven de aliados.
Pero ante todo esto, que están haciendo las candidatas Lorena Cuellar y Adriana Dávila del PRD y PAN respectivamente para ganarle al PRI en la elección por la gubernatura; parece que nada, o muy poco.
En lo que se refiere a la candidata panista Adriana Dávila parece que ha empezado a abrirse más a otras posibilidades para conseguir apoyo de otros grupos políticos, pues es evidente que con su modesto capital político la dificultad, para al menos competir con el aparato gubernamental volcado para favorecer al candidato del PRI, es cada vez más abismal, y su discurso político sigue siendo extremadamente tibio, y todo esto sin contar la posibilidad de una mega trampa en los espacios asignados a la coalición encabezada por el PRI; por lo que de no generar el PAN de Adriana Dávila una alianza importante de facto con otras fuerzas políticas; así como reforzar su discurso para que dé confianza al electorado; entonces su lucha por ser candidata a la gubernatura por segunda vez habrá sido inútil.
En el caso de Lorena Cuellar, candidata por el PRD la situación es similar, aunque a diferencia de Adriana Dávila, ya cambió su discurso, donde de tener un discurso frió y débil, luego de su registro como candidata emitió uno más fuerte y contundente similar al que emitió Serafín Ortiz cuando anunció que dejaba el proyecto de su candidatura a la gubernatura por el PAC, y donde no se optó por el tradicional discurso populista, sino que en este discurso se atacó la corrupción sistemática del priismo marianista, y que hoy Lorena Cuellar retoma a su manera.
Sin embargo, al igual que Adriana Dávila, al proyecto de Lorena Cuellar para llegar a la gubernatura le falta urgentemente capital político, le falta estructura, y muchas más cosas donde el PRD a nivel nacional y local no pasa por su mejor momento; donde si es inteligente va a aprovechar las alianzas de facto que más pueda; así como las que Adriana Dávila soslaye, entendiendo que para ganar una gubernatura o cualquier otro puesto de elección popular es necesario sumar, sumar y sumar, y donde no caben la soberbia ni el decir “yo puedo sólo (a)”, eso en política no sólo es infantil, sino estulto.
El hecho es que el PRI no sólo va a recurrir a toda la maquinaria gubernamental de recursos federales y locales para tratar de permanecer en el poder; sino que seguramente recurrirá a todo tipo de golpes bajos, trampas al por mayor y ataques sistemáticos de todo tipo contra sus opositores; o apoco creen que va a soltar tan fácil el poder, obviamente que no; la serpiente que representa el priismo se sigue moviendo; mientras que la oposición sigue dando pasos muy lentos.
