
El autocuidado puede reducir entre el 30 y 60 % el riesgo de enfermedades mortales: Edith Cervantes.
El 18 de octubre se realizará el foro Habitando mi menopausia. Hablemos claro, hablemos juntas en el Museo Memoria y Tolerancia.
Las mujeres arriba de 35 años representamos la mayoría en nuestro país.
Es momento de que las mujeres levantemos la voz para exigir a médicos, instituciones, sociedad y familia que reconozcan la menopausia como un nuevo despertar. Para ello, es fundamental contar con una atención multidisciplinaria y holística que brinde certidumbre, evite diagnósticos incorrectos, exámenes innecesarios, y falta de empatía por parte de los profesionales de la salud.
Así lo aseguró en entrevista Edith Cervantes Guerrero, ginecobstetra y especialista en biología de la reproducción, quien subrayó que la menopausia es el despertar a una nueva etapa de la vida, una invitación a reconectar conmigo, con ese nuevo cuerpo, con esa nueva función, con una nueva forma de hacer, de ser, de observarse, de percibirse y de cuidarse.
Apuntó que el próximo 18 de octubre se realizará en el Museo Memoria y Tolerancia el foro Habitando mi menopausia. Hablemos claro, hablemos juntas, que busca propiciar el encuentro, la convivencia y el acompañamiento entre mujeres, así como generar soluciones.
La especialista, destacó que cada mujer debe aprender a conocerse e identificar sus fortalezas y debilidades biológicas, sociales, anímicas y, a partir de ahí, definir qué tienen, qué pueden y qué quieren.
El autocuidado, dijo, consta de cuatro claves: ejercicio, dieta, socialización y dormir. Estas pautas reducen entre el 30 y 60 % el riesgo de cáncer, infartos y otras enfermedades mortales.
Edith Cervantes recordó que la menopausia es la última menstruación y que todos los cambios, síntomas y sensaciones que se tienen antes y después se engloban en el síndrome climatérico. “El origen real de esta última menstruación y de todos los cambios que preceden y postpreceden es la deficiencia estrogénica”.
“Después de la menopausia es muy común sentirnos habitualmente no perfectas, porque cuando no es el ojo, es la sequedad, es el cabello, es la piel, es el músculo, es el estómago, es la digestión, también tenemos cambios a ese nivel. Estrógenos y progesterona tenemos receptores distribuidos en todo el cuerpo: en la mama, en el intestino, en la respiración, en el riñón, en el cerebro”.